viernes, 12 de agosto de 2011

Prehistoria tongolítica-prehistoria alineada

12 de agosto.
Después del atracón de festival, consideramos que sería bueno dedicar parte del día al olvidado arte del turisteo y visitar Carnac y Locmariaquer.
De camino, paramos en Auray, petite ville de caractère y realmente chula, sobre todo la parte baja, con casitas monas

y, en general, un conjunto bastante fotografiable (por cierto, una pista: sigue al armiño).

Ya camino de Locmariaquer, no me queda más remedio que hacer referencia al hecho confirmado de que Bretaña es una región de payasos, a la vista de la innúmera cantidad de circos ambulantes que rulan por los pueblecitos.

Y ahora es cuando llegamos a los monumentos tongolíticos.
Dícese de las piedras prehistóricas por ver las cuales te pretenden cobrar 5 euros y que puedes ver asomándote a la barandilla arbustiva. Vamos a ver, que uno aprecia la cosa prehistórica, el valor de que unos tipos de hace miles de años levantaran un pedrusco de 10 metros... Incluso asumamos que los tipos europeos eran mucho más pazguatos que sus homónimos americanos o agricanos pero reconozcamos que las pirámides o Machupichu, o Altamira o Lascaux, tienen algo más de mérito que esto:

En definitiva, un tongo en toda regla que suponemos que tendrá 2 estrellas mishelán por su antigüedad y no por su espectacularidad.
En cambio, Carnac sí que es bastante espectacular. Miles de piedras, todas en filas, de las pequeñitas a las que fabricaba Obélix. Remarcable, gratuito y muy agradable en un día soleado.




Dado que habíamos salido de casa cuando los franceses ya estaban poniendo la mesa, digamos que se nos hizo pelín tarde, con lo que cambiamos los mejillones por un bocata salchichón en la playa de la punta de Kerpenhir (no confundir con Kerozen y mucho menos Plougastro o Treplouc).

Tenáimos pendiente aún un destino, pero a la vista del bouchon traffic de la Península de Quiberon, decidimos saltárnosla para llegar a satisfacer nuestra necesidad de bombardas y gaitas.
Volviendo a Lorient, pasamos por otra localidad con el encanto de un parking, Lanester, con la ridícula calificación de @@ en la categoría de Ville Internet, lo que nos reforzó en el pensamiento de crear la categoría P. de Villa Arbustiva a los pueblos con los setos mejor cortados, algo que se plasmaría en vez de con las florecitas de las Villes Fleuries o estas arrobas, con unas bonitas motosierras inclinadas.
Y el que suscribe y su amigo P., en esto llegarán a la nuit bizarre.

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